El espectáculo Tempestades acerca la lectura a los estudiantes, educa su sensibilidad y, con ello, le ofrece una mayor libertad de espíritu.
Esta obra es vista, al año, por 50.000 estudiantes de todos los puntos de España. Desde el principio, su sólida estructura atrapa al público.
Arranca con un juego de luces, sonidos y efectos especiales sencillos pero certeros; luego, un hombre surge de las sombras y se transforma en un anciano, después, en un emperador loco, Calígula, y, así, hasta doce personajes más. Casi sin querer, el alumnado se deja hipnotizar y, durante dos horas, no puede apartar la vista de cuanto acontece frente a él.
También se establecen breves intervalos musicales en los que las personas asistentes pueden hacer comentarios y relajarse. A diferencia del cine, el teatro es un evento irrepetible, en vivo y en directo y en esta función, se puede participar en cualquier momento de la obra.
Una introducción precede a la puesta en escena. Esta los prepara para la experiencia individual y grupal que van a vivir: se propician el respeto, la predisposición y la apertura intelectual y emocional necesarias para asistir al acto teatral. En las artes escénicas no cabe la falta de concentración sino el implicarse. El teatro, una de las artes más antiguas, enseña una forma diferente de abordar la vida.
Como punto final, al término de la obra, si se desea, se realiza un coloquio con el actor, La juventud asistente intercambia con él sus apreciaciones y puntos de vista.
Gracias a los grandes literatos y a la fuerza interpretativa de Ricardo Frazer, la juventud vibra, llora, ríe y sale con el corazón más lleno y el alma más sabia.